martes, 5 de mayo de 2009

La influenza y las modas


Quiero compartirles un texto que escribí el viernes pasado, cuando me encontraba contento por la respuesta de la sociedad ante la alerta (con independencia de su origen) pero completamente indignado con la asunción mundial de otras pandemias nivel 6 de la OMS como las ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual) en particular el SIDA. Sigo creyendo hoy dos cosas: 1) si al SIDA se le diera la misma seriedad mundial, dudo mucho que continuara existiendo el VIH; 2) si los mexicanos leyeramos, criticaramos y nos informaramos de todo en general de la misma forma que se ha hecho con la influenza (correos masivos, periódicos, escritos, llamadas, criticas a los medios de comunicación, etc.)... VENGA!! QUE OTRO PAÍS TENDRÍAMOS y no esta especie de carcacha destartalada que apenas y avanza. Como lo dice el título, el texto se llama "LA INFLUENZA Y LAS MODAS" y su tono es irónico y viene así:

La crisis mundial, la guerra contra el narco y la visita de Obama por fin salieron de la pasarela de las primeras planas para cederle el marco del día, el espacio de alarma o el competitivo lugar de la primera cara del día a la influenza.

Más histriónica y menos cotidiana se presenta esta nueva tendencia con la que todos se pueden identificar; algo que ya es bastante en épocas de crisis, a consecuencia de la ausencia de héroes y ante la poca identificación que hay entre el público en general y el juego del sexenio militares y sicarios (policías y ladrones remasterizado y adaptado al siglo xxi).

Y a juzgar por su alta demanda, la sencilla manera de ser apropiada por la gente –todos alguna vez hemos sentido por lo menos un síntoma– y lo rápido que sensibiliza a las personas… será una moda que durará poco tiempo.

Doña influenza lo sabe y no se ha detenido a lamentar su corto destino; ocasionalmente, cuando logra írsele una vida más que se salva, voltea con una especie de envidia a ver a las otras pandemias nivel 5 y 6 de la OMS, algo así como las modas permanentes al estilo de pantalones de mezclilla como lo son las ETS (enfermedades de transmisión sexual).

En esas ocasiones que le roban el alma convirtiéndola en envidia, se cuestiona qué es lo que las otras tienen que ella no y voilà! Se venden en otras tiendas del mercado, se presentan como más exclusivas y la verdad es que, como se dice por ahí, hay niveles en la vida y las ETS son otro nivel, más privado, menos público pero igual de masiva; por eso último es que comparten género o bien departamento en el quinto o sexto piso del edificio OMS.

Se asemejan en que a las dos las combate una especie de protección; se diferencian en el tipo de uso de dicha protección. El enemigo del avance de doña Influenza es el cubrebocas, el enemigo del avance de las ETS es don condón. Pero la diferencia no está, en lo más mínimo, en su materia, no es que una sea poliéster y el otro látex, sino la forma de usarse, el cubrebocas a la vista del público, el condón a la vista de lo privado.

Salir a la calle sin cubrebocas es motivo de señalamiento, la gente se le queda viendo a uno, al caminar hay quienes se cruzan la calle para evitar acercarse a los anticubrebocas, tanto se mal mira a quien no usa cubrebocas que anoche hasta las trabajadoras nocturnas de Tlalpan tenían el suyo que les hacía un extraño juego con los pechos desnudos (shhh!!! Pero en secreto debo confesar que hasta vimos a una que le pintó labios al suyo ¿estará inventando un nuevo placer? No nos detuvimos a indagar pero sí nos cuestionamos ¿cómo tener sexo en tiempos de influenza?)

En cambio el condón sigue siendo negociable, su uso o desuso depende de la confianza ciega (al puro estilo de la ruleta rusa), de alternativas complementarias o bien, del calor de las copas, la noche, el encuentro o la altura del despecho.

Y así, al darse cuenta doña influenza de su limitante temporal, se lamentará haber sido una especie de chivo expiatorio, cabeza de sembradío o foco de atención por hacerse tan visible y entonces optará por mutarse que sería una especie de cambiarse de uñas, zapatos o peinado, o bien terminará por retirarse de la escena pública dejándonos como recuerdo una nueva cumbia para bailarla en las bodas los próximos diez años.

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